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viernes, 19 de julio de 2013

LA COMUNIDAD DE PROPIETARIOS: el pistolón

Extracto: El pistolón.

Unos médicos conocidos compraron un piso de segunda mano en el Madrid de los Austrias. El día señalado para la compra se personaron en el notario que les indicó el vendedor, con todo el dinero metido en bolsa de El Corte Inglés. 
Antes de firmar la escritura de compraventa, el vendedor manco, con cara de pocos amigos y acompañado por su joven hijo pidió contar el dinero de las bolsas. De repente se abrió la chaqueta y apoyó un pistolón encima de la mesa, causando el terror de los compradores y del hijo del vendedor, cuya cara estaba verde del miedo. Los compradores, ilusionados con el piso, entonces decidieron actuar como si no pasara nada y empezaron a sacar los fajos de dinero de las bolsas ya contado precedentemente por su banco. El manco del pistolón, ayudado por su hijo atemorizado, empezó a contar el dinero soplando ruidosamente sobre las macetas para separar los billetes y facilitarlos a continuación a su hijo para que procediera a contar el dinero en contradictorio. El dinero además, recibió pequeñas cantidades de saliva del manco que al soplar no era capaz de controlarse. 

Cuando acabó el recuento, el manco ya sonriente, retiró el pistolón escondiéndolo en el cinturón donde colgaba una funda como las de los cowboys del lejano oeste. Con la chaqueta puesta se disimulaba, pero el bulto era muy visible. Hasta el notario se dio cuenta que algo raro estaba pasando…

Y la pregunta es: ¿Por qué tanta intimidación? Tal vez la bravata fue por miedo que al salir los compradores atracaran al vendedor para recuperar el dinero de las bolsas, lo cual es un absurdo disparate. 

Cuando después de un tiempo los compradores decidieron rescatar las letras del pago aplazado, el manco, esta vez desarmado, demostró su pobre calidad humana, intentando hacer trampa con el cálculo del interés compuesto. 


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